La presunta negligencia de trabajadores sociales y supervisores ha llevado a la muerte en los últimos años, a varios niños en el condado de Los Ángeles, y en un esfuerzo por mejorar la relación con la comunidad y evitar más tragedias el Departamento de Niños y Familias inició el jueves una serie foros comunitarios.
En el 2013, Gabriel Fernández, de 8 años, murió torturado por su madre y el novio de ella.
En el 2018 Damián Ventura, de dos años, también falleció bajo sospecha de abuso físico a manos de la mamá y su pareja. Unos días después, los padres de Anthony Ávalos fueron acusados de presuntamente quitarle la vida, y el año pasado, Noah Cuatro murió al ser supuestamente abusado físicamente y sexualmente por sus papás.
“Tenemos que tener la habilidad de desarrollar una relación con nuestros socios y los familiares para poder efectuar cambios”, dijo Bobby Cagle, director de DCFS.