Se impuso a la deportación de sus padres y con ayuda de los hogares de crianza va a la universidad

Los Ángeles — En el camino hacia la educación superior, Rebecca León tuvo que sobreponerse a una vorágine de cambios que incluyeron la deportación de sus padres y un desplazamiento constante de vivienda hasta llegar a los hogares de crianza, en donde encontró estabilidad y apoyo para ir en busca de sus objetivos.

“Estoy emocionada”, reconoció la joven de 18 años, que en pocos días va a moverse a Brandeis University en el estado de Massachusetts, en donde estudiará Neurociencia y Estudios Ambientales, después de graduarse de la preparatoria en una escuela de Los Ángeles, a donde llegó en el 2017.

León nació en Salt Lake, en el estado de Utah. Sin que ella lo planeara, tuvo que vivir en diferentes lugares, en parte debido a la pobreza y al estatus migratorio de sus padres.

“Desde pequeña mi familia se ha movido mucho”, admitió.

El giro más áspero ocurrió cuando ella tenía 7 años. Sus padres fueron deportados a México y, tanto León como sus dos hermanos mayores, se fueron a vivir al estado de Baja California.

En un principio, Rebecca se sintió en un lugar extraño y fue como un choque cultural, algo que ocurrió cuando ella apenas entraría a la escuela primaria. Con el paso del tiempo, se pudo adaptar, pero su visión no era quedarse a vivir en México y se regresó a Estados Unidos siguiendo a su hermano mayor.

“Tuve que sacrificar a mis padres”, confesó la joven, detallando que para entonces tenía 11 años.

La movilidad contante se fue convirtiendo en una inestabilidad emocional y, al mismo tiempo, al vivir sin el abrigo de sus padres tuvo que pelear en contra de la soledad.

En medio de esa batalla interna, fue forjando temple y se propuso que a pesar de las adversidades sacaría fuerzas de flaqueza para ir a la universidad.

“No quería que eso fuera lo mismo en la preparatoria”, dijo en referencia a esos cambios al que estuvo sometida de forma permanente con diferentes familiares.

“Voy a ser la primera en ir al colegio en mi familia, tuve que aprender sola”, reveló.

Cuando estaba por ingresar al décimo grado, se movió a Los Ángeles con otro familiar. Después de un año, sus anfitriones experimentaron problema con la vivienda y otra vez quedó en el limbo.

“Fue algo bien difícil, mi meta era terminar mi escuela en Los Ángeles y no moverme”, relató.

“Sí, fue algo que me afectó mucho, es una soledad que sientes, es como abandono”, añadió León, detallando que estaba convencida que de cualquier forma seguiría en el sur de California.

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